• Actividades de tiempo libre

Programa de actividades culturales y de tiempo libre

Aprender un nuevo idioma también significa aprender algo nuevo acerca de una cultura diferente y experimentar al mismo tiempo otras maneras de vivir. Es por eso que organizamos para los cursos intensivos de alemán (intensivos, super intensivos, intensivos de verano) un amplio y atractivo programa cultural y de tiempo libre (en verano, 3 actividades por semana - durante el resto del año 1 actividad semanal) para que tengas la oportunidad de sumergirte en el día a día alemán, conociendo así Munich y sus alrededores.

El programa de actividades incluye excursiones por los alrededores de Múnich (Chiemsee, Salzburg, Dachau,etc.), salidas al cine y teatro, visitas a castillos, museos y exposiciones, deporte, paseos por la ciudad, salidas en bicicleta, exposiciones, deporte, películas de video, etc.

Lago de Chiemsee

El castillo “Herrenchiemsee”, situado en la Isla de los Hombres, es una de las mayores atracciones de la Alta Baviera.
Chiemsee

Salzburgo

La fama mundial de Salzburgo es debida a la magia incomparable de la silueta de la ciudad, la belleza del paisaje de sus alrededores y la fortuna de que Wolfgang Amadeus Mozart nació aquí en el año 1756. Debido a la unidad arquitectónica y harmonía del casco antiguo de la ciudad, en 1997 fue declarado "patrimonio de la humanidad" por la UNESCO.
Salzburg

Dachau

«Dachau – el sentido de este nombre jamás podrá ser borrado de la historia alemana. Es un sinónimo para todos los campos de concentración que los Nazis establecieron en su territorio.» (Eugen Kogon)
Dachau

Biergärten

Las cervecerías al aire libre tienen su origen en una época en la que la fabricación de cerveza se limitaba a los meses comprendidos entre finales de septiembre y finales de abril, ya que un decreto de 1539 prohibía fabricar cerveza en verano debido al alto riesgo de incendio. Para mantener la cerveza fría, se construyeron bodegas especiales cerca de las cervecerías, como la Hofbräukeller de la Wiener Platz. Como no era posible construir bodegas profundas debido a la elevada capa freática de Múnich, se plantaban árboles como el castaño, de hojas grandes y robustas, encima de las bodegas para dar sombra y mantener fría la cerveza. Los cerveceros instalaban mesas y bancos y servían allí la cerveza fresca, lo que atraía a los muniqueses en masa, pero los taberneros temían por su clientela.
Con el tiempo, el rey Luis I prohibió la venta de comida en los "jardines cerveceros", lo que significaba que los huéspedes tenían que llevar su propia comida para disfrutar de la cerveza a la sombra. Hoy en día, esta tradición es sagrada para los muniqueses.